Esta falta de responsabilidad afecta profundamente la confianza en la institución, y la percepción es que se burlan del hecho de que el dinero de la UAS proviene del pueblo.
CULIACÁN.- No es solo al gobierno al que deben responder por los casi 50 millones de pesos en facturas ficticias de tortillas que nadie consumió, así como por numerosos millones más en compras inexistentes de carne; es también responsabilidad de los funcionarios de la UAS, incluyendo al rector Madueña.
Durante años, estos individuos han perpetrado robos descarados sin enfrentar consecuencias, y esta situación es un desprecio tanto para los estudiantes como para la sociedad en su conjunto. La señora Berenice “P”, madre de una estudiante universitaria en la prepa central, quien solicitó el anonimato para proteger a su hija, destaca que la negativa a ser auditados por parte de la UAS es un indicio de la impunidad con la que han actuado.
Esta falta de responsabilidad afecta profundamente la confianza en la institución, y la percepción es que se burlan del hecho de que el dinero de la UAS proviene del pueblo.